«El argumento de que Venezuela tiene algo que ver con ETA o las FARC es muy pobre»

«La liberación de Ingrid Betancourt se vivió como el rescate de una princesa sin pensar en el problema de Colombia»

R. GARCÍA

Piedad Córdoba es senadora en Colombia y ha jugado un papel fundamental en los últimos años en las relaciones entre el gobierno de este país sudamericano y los guerrilleros de las FARC. Córdoba incluyó en la tarde de ayer Gijón dentro de la gira europea que la ha traído durante 15 días al viejo continente en busca de apoyos para solucionar «la guerra que vive mi país». La senadora ofreció en la tarde de ayer una conferencia en la Cátedra Jovellanos. Pocos minutos antes de la charla atendió a LA NUEVA ESPAÑA.

-¿Cómo fue su mediación en el conflicto entre el gobierno y las FARC?

-Mi tarea, como la de todos los mediadores, está muy deformada en los medios de comunicación internacionales. El trabajo de mediación es largo y muy duro. Mi función consistía en mantener las decisiones de las FARC y crear unas dinámicas en el país para influenciar en los pasos que daba el gobierno y eso no es fácil. En el mundo no se aprecia realmente el trabajo que hacemos los mediadores. En Europa se parte del supuesto falso y es el de que en Colombia no hay una guerra. Mi país es el segundo país del mundo en desplazamientos de personas. El 17 por ciento de nuestra población está desplazada o en el exterior. Eso es resultado de una situación muy compleja que requiere estudio. Muchas de las cosas que pasan en el país se achacan a las FARC y algunas no tienen nada que ver con ellos.

-¿Se puede comprar la situación de España con ETA con la de Colombia y las FARC?

-Las dos situaciones no son comparables para empezar por la situación de ambos países. En Colombia hay mucho menos desarrollo. Tenemos 18 millones de pobres, un desempleo del 16 por ciento y desde hace aproximadamente 12 años no se ha intentado negociación alguna con las FARC. No es la misma situación pero en ambas se puede avanzar en una negociación si se quiere de verdad dar una salida al problema que vive el país.

-¿Las FARC colaboran con Venezuela y ETA?

-Acabo de estar en el proceso de mediación de las FARC y le puedo asegurar con mucha certeza que el gobierno de Venezuela no tiene nada que ver con los guerrilleros colombianos. No entiendo qué bien puede traerle al país presidido por Hugo Chávez una negociación con las FARC. Venezuela es un país con dificultades pero democrático. Desacreditarlo para tumbarlo es más fácil que aceptar que las FARC no tienen que ver con ellos. Es fácil hablar en lugar de resolver el conflicto que vive Colombia. Si quisiéramos podríamos solucionarlo pero hay intereses que pesan demasiado en la no negociación. El argumento de Venezuela diciendo que tiene relación con ETA o con las FARC es muy pobre. Eso es más una estrategia para desestabilizar el país.

-Usted estuvo incluso secuestrada por los paramilitares...

-Pero todo merece la pena. Pertenezco a una sociedad a la que quiero defender. Como ser humano me duele ver cada día la vida tan degradada que se está viviendo Colombia. La política no se debe practicar desde debates insulsos en el parlamento. Tiene que ir más allá, hacia lo que de verdad interesa a la gente y lo que influye en su vida diaria. Por ejemplo, en España hay debates que me parecen muy bellos. El gobierno ha tomado la decisión de incluir a miles de gitanos en su plan de desarrollo. Mucha gente dirá que eso es injusto porque no se favorece a otros colectivos y el debate saldrá a la calle. Como ya se hizo con el matrimonio entre personas del mismo sexo. Son debates que ayudan a crecer.

-¿Qué papel juega España en la política de Colombia?

-España juega un papel más que importante en Colombia. Solo hay que ver como el Partido Popular (PP) acaba de abrir una sede en la capital del país, en Bogotá. Esto nos da una idea del desembarco de los políticos españoles en el país. España ha cambiado su papel en Colombia en los últimos años. Se ha convertido en un país que defiende muchas de sus inversiones y de las empresas que tienen su sede en el país sudamericano.

-En toda Europa se habló mucho de la liberación de Ingrid Betancourt ¿como se vivió allí en Colombia?

-Sólo con el tiempo se sabrá la verdad de lo que pasó en el secuestro de Ingrid Betancourt porque tengo la impresión de que se vivió como una gran película de Hollywood. Esta liberación tuvo consecuencias muy negativas en lo político para el desarrollo del proceso de negociación si bien tuvo resultados éticos muy importantes con la liberación de las personas. Aquí lo vieron como el rescate de una princesas y no como la consecuencia de la guerra que vive el país. Parecía que lo importante era que una ciudadana europea había sido secuestrada y no las consecuencias políticas.

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