Miles de 'camisas rojas' hacen retroceder al Ejército en Bangkok.

Un soldado y dos civiles resultan heridos al ser alcanzados por la metralla de una granada arrojada contra la televisión estatal

Decenas de miles de "camisas rojas", como se conoce a los seguidores del depuesto ex primer ministro Thaksin Shinawatra, hicieron retroceder este sábado a los soldados desplegados en varios puntos de Bangkok, aunque el Gobierno tailandés se mantiene firme en rechazar su exigencia de convocar elecciones anticipadas.

Efe

Bangkok

Las marchas antigubernamentales por la capital de Tailandia transcurrieron sin incidentes, pero al anochecer un soldado y dos civiles resultaron heridos al ser alcanzados por la metralla de una granada M-79 arrojada contra la puerta principal de acceso a las instalaciones del Canal 5 de la televisión estatal, indicaron fuentes policiales.

Los manifestantes organizaron caravanas motorizadas que rodearon los controles militares en varios templos budistas, un hipódromo y el zoológico, en las inmediaciones del Parlamento, y consiguieron que los soldados regresasen a sus barracones tras negociar unos minutos con los oficiales al mando.

"Los 'camisas rojas' han triunfado porque los soldados están retornando a sus cuarteles", afirmó desde lo alto de un camión Jatuporn Prompan, dirigente del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, organizador de las protestas.

A continuación, Prompan, que también es diputado del partido opositor Puea Thai (De los tailandeses), pidió a los participantes que volvieran al campamento base, en un tramo de la avenida Rajdamnoen, cerca del antiguo Palacio Real, donde están acampados desde hace dos semanas.

Los opositores eludieron esta vez el cuartel del 11 Regimiento de Infantería, que el primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, del Partido Demócrata, utiliza como residencia y centro de operaciones para reunirse con su Gobierno y mandos militares y policiales.

El portavoz del Ejército, Sansern Kaewkamnerd, se negó en principio a replegar a sus hombres por el peligro que entrañaba para la seguridad en Bangkok, pero luego cedió a las exigencias de los "camisas rojas".

"Hemos trasladado a las tropas a un lugar más apropiado, hemos hecho esto para evitar confrontaciones y reducir la tensión", anunció Kaewkamnerd por el canal de televisión Mondern Nine.

El viceprimer ministro tailandés Suthep Thaugsuban también empleó la televisión nacional para conminar a la población a mantener la calma y confiar en la capacidad del Gobierno para garantizar la paz y el orden.

Las manifestacione se tornan violentas

Hasta la fecha, las manifestaciones, que el primer día congregaron a 100.000 personas el 14 de marzo, han transcurrido pacíficamente y los cuerpos de seguridad han evitado el uso de la fuerza.

Durante las últimas dos semanas, once artefactos explosivos y granadas han estallado en el exterior de oficinas gubernamentales y cuarteles, sin causar víctimas mortales.

La Policía no ha vinculado con las protestas las explosiones, la penúltima de las cuales sucedió la madrugada del sábado en el recinto del Departamento de Aduanas en Bangkok, donde provocó daños materiales.

La Red de Empresarios para la Democracia, formada por ejecutivos y trabajadores del centro financiero de Bangkok, exigieron el pasado viernes el cese de las movilizaciones antigubernamentales, que, subrayaron, están perjudicando todavía más la economía y el turismo.

Los empresarios expresaron en un manifiesto su respaldo al Gobierno de Vejjajiva y advirtieron a los "camisas rojas" en contra de emprender una "lucha de clases".

Ley de Seguridad Interna

El Gobierno declaró la Ley de Seguridad Interna en la capital y provincias aledañas el 11 de marzo y desplegó unos 50.000 militares y policías para evitar que las movilizaciones se tornasen violentas, como ocurrió en abril de 2009.

Tailandia está inmersa en una profunda crisis desde el golpe de Estado que depuso en 2006 al multimillonario Shinawatra, un ex policía que se ganó a las clases populares con políticas sanitarias y sociales.

La mayoría de los "camisas rojas" y las clases más humildes del norte y noreste del país idolatran a Shinawatra y consideran a Vejjajiva un "hombre de paja" de la elite y el Ejército.

Shinawatra vive en el exilio y fue condenado en rebeldía en 2008 a dos años de prisión por un delito de corrupción.

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