JORGE MOLINA, EX DIRECTOR DE AEROLÍNEAS ARGENTINAS
"Si las empresas españolas no pagaban a Kirchner, entonces te ahogaba financieramente"
Foto de archivo de Zapatero y Kirchner durante la firma de un acuerdo de cooperación (Reuters).@José L. Lobo / Alberto Mendoza.-
"La mayoría de las empresas españolas pagaba favores políticos al Gobierno de Néstor Kirchner; de lo contrario, quedabas fuera de juego, te ahogaban financieramente y terminabas como terminó Marsans", asegura a El Confidencial desde Buenos Aires Jorge Molina, ex director de Aerolíneas Argentinas (AA), la compañía aérea propiedad del Grupo Marsans que fue expropiada en 2008 por el Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner.
Molina padeció en carne propia la presión del Gobierno argentino para recaudar fondos en 2005 a favor de la campaña de Fernández de Kirchner, entonces aspirante a senadora. El secretario de Transportes, Ricardo Jaime, íntimo amigo y colaborador del fallecido presidente argentino durante 27 años, era el encargado de coordinar la estrategia para sonsacar millones de dólares a las principales empresas españolas que operan en Argentina. Y Manuel Vázquez, asesor y mano derecha de Jaime, su ejecutor.
"Yo manejé las relaciones entre Aerolíneas y el Gobierno", relata Molina. "Empecé a tener sugerencias de Ricardo Jaime. Trataban de abrir una puerta para hablar de soluciones para la empresa y pagos de favores. Iban aparejados. Primero decía cosas como 'a ver cómo nos ponemos de acuerdo', 'cómo podéis crecer como empresa', o 'cómo ustedes colaboran con el Gobierno", recuerda.
Pero, ante la urgencia de los Kirchner por financiar la campaña electoral, las sugerencias se convirtieron en exigencias explícitas. "Jaime me pidió que recibiera a Vázquez en mi oficina porque estaban juntando la guita para Cristina. Cuando se presentó, me dijo que el pedido era de 1,5 millones de dólares", asegura el ex ejecutivo de Aerolíneas Argentinas. Molina explica que esa cantidad vulneraba la ley, ya que AA era una concesionaria pública de transporte y este tipo de empresas no pueden realizar donaciones. Además, el enviado de Kirchner esperaba que la cantidad se depositara en negro, sorteando el límite de en torno a 100.000 dólares por donación establecido por la ley.
Investigación en Argentina
La justicia argentina investiga ahora a los supuestos recaudadores del ex presidente Kirchner para tratar de averiguar si éstos, siguiendo instrucciones de Ricardo Jaime, extorsionaron a 20 empresas españolas con presencia en Argentina. Las pesquisas se centran en destripar los 11 ordenadores incautados por la policía a Vázquez, que contienen decenas de e-mails comprometedores en los que éste transmitía a su hombre en Madrid, el lobbista Miguel Ángel Lorente, las órdenes sobre la estrategia a seguir para que las grandes compañías españolas contribuyesen económicamente a las campañas electorales de los Kirchner.
El nombre del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aparece precisamente en uno de los correos electrónicos que Vázquez envió a Lorente, fechado el 4 de octubre de 2005: "Ya no soporto más la presión sobre este tema que está ejerciendo el número uno [en clara alusión a Néstor Kirchner] pidiendo algún tipo de resultado. Está dispuesto a hacer lo que sea con tal de recibir alguna cosa, pues es mucho el dinero que está necesitando para mantener la presión necesaria en la campaña. Lo vuelve loco a nuestro amigo Ricardo pidiéndole resultados. Ya dijo que, si es necesario, habla con Rodríguez Zapatero pidiéndole que presione a quien sea necesario".
Marsans contribuyó a la campaña
Los responsables de Marsans, Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán, rechazaron, según Molina, acceder a este pago de favores, pero a través de Viajes Marsans Internacional aportaron a la campaña de Cristina Fernández una cantidad cercana a los 100.000 dólares. El gesto fue recibido como insuficiente por el secretario de Transportes de Néstor Kirchner, quien recomendó a Molina que no volviera por su despacho.
De acuerdo con Molina, las presiones del Gobierno argentino para asfixiar y doblegar a AA continuaron. Jaime trató de obligar a esta empresa a comprar 20 aviones brasileños con una ventajosa financiación, pero con un coste extra por avión de entre dos y tres millones de dólares sobre el precio de mercado. Una operación que levantó sospechas a los responsables de la aerolínea, especialmente por el hecho de que fuera el Ejecutivo quien realizara las funciones de intermediario, y que fue finalmente descartada.
Asimismo, Jaime retrasó durante meses la subvención gubernamental correspondiente al combustible que compraba Aerolíneas como represalia por las continuas negativas de la empresa a participar en el pago de favores. "Tú y tus jefes no entendéis cómo funcionan las cosas en Argentina", espetó el secretario de Transportes de Kirchner a Molina. "Te ahogaba, te pisaba, te ponía de rodillas", lamenta el ex ejecutivo de Marsans.
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