Cables diplomáticos de Estados Unidos revelados por Wikileaks muestran que en octubre de 2009 el entonces vicepresidente de Afganistán Ahmad Zia Masud fue interrogado en el emirato de Dubái, adonde había viajado con 52 millones de dólares en efectivo (casi 40 millones de euros). Agentes de Estados Unidos y de Emiratos Árabes Unidos (EAU) le habían detenido cuando se disponía a blanquear dinero, pero le dejaron marchar sin tener que explicar el origen del dinero.
El embajador estadounidense en Kabul, Karl Eikenberry, relata las "ingentes cantidades de efectivo que van y vienen del país cada semana, mes y año". Antes de las presidenciales del 20 de agosto se retiraron de los bancos afganos un total de 600 millones de dólares, y desde entonces se han extraído otros 200 millones.
Al parecer, mensajeros transportarían este dinero en vuelos de Pamir Airways, propiedad del Banco de Kabul y de influyentes líderes como Mahmud Karzai --hermano del presidente Hamid Karzai-- y el vicepresidente primero Mohamad Fahim, un relevante señor de la guerra tayiko.
Estas prácticas son fomentadas por el hecho de que "traficantes de drogas, funcionarios corruptos y una larga serie de empresarios lícitos no se benefician de mantener millones de dólares en Afganistán" y prefieren sacar sus ganancias del país, se lee en el comunicado.
Ahmad Zia Masud es solo una de las figuras afganas que mantienen sus fortunas en Dubái. En este apartado también se encuentra Sher Jan Farnud, ex presidente del Banco de Kabul, quien poseería 39 propiedades en el complejo dubaití de lujo Palm Jumeirah, compuesto por islas artificiales frente a las costas del emirato.
El cable, citado por el diario británico 'The Guardian', afirma que "estos individuos están extrayendo toda la riqueza posible mientras las condiciones lo permitan". Otros dos documentos de la Embajada ofrecen información gráfica sobre gobernadores regionales corruptos. Estos habrían robado ayuda humanitaria, entre otros delitos.
Información de la diplomacia estadounidense relata que el gobernador de Paktiya, Juma Jan Hamdard, ha recibido sobornos y está en contacto con dirigentes de la insurgencia, así como miembros de la inteligencia paquistaní e iraní mediante sus negocios en Dubái. En el emirato mantendría contactos con el hijo de Gulbudin Hekmatiar, un señor de la guerra pashtún aliado con los talibán.
"Las pruebas recopiladas en el caso apuntan a la corrupción concerniente a los fondos de Estados Unidos y al debilitamiento activo de la política del Gobierno afgano contra la insurgencia" Este entorno de corrupción estaría perjudicando gravemente la imagen que la población afgana tiene de su gobierno, concluye el cable diplomático.
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