Crece la tensión entre el Ejército y el Gobierno en Turquía tras el envío a prisión de doce militares.

El envío ayer a prisión de 12 de los 49 militares turcos detenidos el lunes por intento de golpe de Estado ha aumentado la tensión en Turquía entre el Ejército y el Gobierno islamista moderado de Tayyip Erdogan. Las televisiones del país emitieron las imágenes de los militares humillados puestos a disposición del Tribunal de lo Penal de Estambul. Entre los 12 oficiales de alto rango para los que decretó prisión hay un almirante y un general en activo.

Los medios turcos han subrayado que se trata de la primera operación contra altos mandos del Ejército de este calado en toda la historia de la República. A los detenidos se les acusa de haber ideado un plan de golpe de Estado en el 2003 cuyo nombre en clave era Balyöz ('Mazo'). Algunos generales presuntamente implicados han explicado que no se trataba de un plan golpista, sino de «supuestos escenarios» discutidos durante un seminario. También denunciaron que los atentados a mezquitas y el derribo de un avión fueron incluidos en los documentos por personas que intentan dañar el prestigio de las Fuerzas Armadas. Militares retirados, en declaraciones a la televisión, han llegado a afirmar que los documentos fueron falseados por la comunidad religiosa de Fethullah Gülen, cercana al Gobierno.

Los antiguos comandantes de las Fuerzas Aéreas Ibrahim Firtina, el de la Marina Özden Örnek y los del Primer Ejército de Tierra, Çetin Dogan y Ergin Saygun, se han negado a testificar ante la policía. «Cuando fueron preguntados sobre si habían ideado poner bombas en mezquitas, nuestros clientes se enfadaron. Se les hicieron unas 80 preguntas pero declinaron contestarlas», dijo uno de los abogados.

Estos antiguos altos mandos del Ejército aún no han sido puestos a disposición judicial, esperan en habitaciones de un comisaría y están siendo tratados con especial atención, según los diarios locales.

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