La OMS limpia su imagen culpando a cinco expertos del alarmismo creado con la gripe A.
Todo el mundo ha puesto en duda su credibilidad, y ya está trabajando en recuperarla. Un día después de decretar el fin de la pandemia de la gripe A, ha sido la propia Organización Mundial de
Gregory Hartl, portavoz del organismo sanitario, dice que para "protegerlos de presiones externas" esperaron a dar los nombres de los expertos afectados una vez finalizada la pandemia. La lista de los cinco investigadores con pasados o actuales vínculos con la industria farmacéutica la encabeza Nancy Cox, de
Le sigue el profesor estadounidense Arnold Monto, consultor de investigación de pandemias estacionales para las biofarmacéuticas Glaxo Smith Kline (GSK), Novartis, Roche, Baxter y Sanofi Pasteur. También John Wood, científico de un instituto de investigación británico, afirmó haber llevado investigaciones para Novartis y Sanofi Pasteur, entre otros, sobre la viabilidad de la vacuna.
Por último, los profesores británicos María Zambon y Neil Ferguson declararon respectivamente haber recibido fondos de productores de vacunas como Novartis y Sanofi y haber trabajado como consultor para Roche y GSK hasta 2007.
Uno de las más críticos contra la institución ha sido Wolfgang Wodarg, presidente de
El portavoz defendió que estos vínculos declarados son “datos irrelevantes que no exponen ningún conflicto de intereses en su cargo asignado”. Los quince miembros del equipo declararon sus actividades desde el principio al final. “Los expertos tenían derecho a continuar con sus trabajos”, insiste.
Con los nombres sobre la mesa y la fase post-pandémica decretada, a
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